¿Es Suficiente el amor?
Por: Johakome
Erase en algún valle de cantos epiceyos
una nación de desierto y solo paisaje,
que en su ciudad miserable de algún homenaje
vivía la princesa de verdes ojos bellos.
En los más gloriosos perfumes ella dormía
en la villa que nunca tuvo algún lucimiento,
mas si el mundo lejano diera cuenta al momento
de su habitar, a aquella ciudad veneraría.
Ante aquella princesa el sol emitía su fulgor,
era su blanca y famosa luz la suya pura:
los rayos, del sol gala, eran de su ver locura;
que en mi alma preguntaron ¿es suficiente el amor?
Con su gloria y dicha ella poco apareció
en las calles donde solía yo vagabundear,
mas en mi alma, con antorcha prendida, osó pasar
quemando todo lo que por ella estremeció.
A su nacer, día en que la notó el universo
los mares, los soles, las estrellas y la luna
pidieron y suplicaron estar a su cuna:
y vieron y amaron en ella un encanto inmerso.
Lo grande del mar en su ir y venir bailador,
en unas perlas que a ella fueron entregadas,
expone su confín y estrellas enamoradas;
que en mi alma preguntaron ¿es suficiente el amor?
Tras su escaso caminar en cortes lejanas
ajenas a mis caminos de aislados rincones
calleron indefensos algunos corazones
que se apocaron ante sus bellezas lozanas.
Como niño ignorante en natural frenesí
por su copla nunca oída caí hipnotizado
buscaba su ignorado canto desesperado
para conocer los versos que nunca conocí.
A ella el cosmos eterno respetaba deudor,
humilde obsequiaba todos sus mundos ancianos,
y ella los guardaba sin saberlo en sus manos
que en mi alma preguntaron ¿es suficiente el amor?
A mis oídos sedientos de su canto añoro
llegó volando con negras alas un vil ruido
clamando que su corazón había caído
ante un asesino de mi espíritu desdoro.
Le fueron entregados al verdugo de mi alma
por su dueña noble el mar con su confín soñador
las estrellas fieles a ella, el sol calentador
los mundos reos, el cosmos dormido en su palma.
Mas la naturaleza a sus pies le rendía honor:
era la princesa el síntoma de su belleza,
crecían flores ante sus pies llenos de pureza;
que en mi alma preguntaron ¿es suficiente el amor?
Un día, de los muchos donde le salí a buscar
esperando sus notas vibrar en mis oídos
escuché la voz de sus cristalinos sonidos
me llené del canto del sol, la copla del mar.
Era aquella respuesta de incesantes llamados
aquel eco sorpresa de mi necia insistencia
el agua que sació mi corazón en dolencia
el fuego que incendió mis sufrimientos logrados.
Era ella sirena de aliento y canto soñador
encanto y admiración de los osados piratas
sostenía barcos en sus labios escarlatas
que en mi alma preguntaron ¿es suficiente el amor?
Aunque oyera solo poco de sus versos lirios
conocer pude toda una nueva poesía
la que todo dolor o sufrir curar podía
la que ver posible hacía todos mis delirios.
Ninfa del lejano y divino mundo llamador
de los griegos amores, quimeras y añoranzas
sus cabellos elevaban escudos y lanzas
que en mí preguntaron ¿es suficiente el amor?
Al siguiente día, cuando con sol amaneció
por fin una saciada mañana de luz feroz
noté un canto fúnebre y bello, tal era su voz,
cantaba mi muerte, que por sorpresa apareció.
Princesa altiva de noble linaje arrasador
de todo amor esperanza en persona mendiga
elevaban sus ojos los ojos en fatiga
que en mí preguntaron ¿es suficiente el amor?
Fue otra poesía la que extrañado escuché
diferente a la que me iluminó ferozmente
mas que de los mismos labios rojos proveniente
alumbró con sabia noche la verdad que ahuyenté.
Eran sus versos los barcos de mi asesinato
puesto que declaraban mi deslumbre entendido
como ciega deficiencia de haber concedido
de la razón formal al amor su virreinato.
Estaba incrédulo ante aquel canto incoherente
fue tanta la sorpresa que caí desplomado
fue tanta la tristeza que murió desgarrado
el amor sin razón que no le fue suficiente.
- Autor: johakome ( Offline)
- Publicado: 13 de mayo de 2010 a las 19:02
- Comentario del autor sobre el poema: Me hizo darme cuenta de varias cosas......
- Categoría: Amor
- Lecturas: 120
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