Tiempos perdidos

Esteban Mario Couceyro



Cinco niños alborotados

en esos tiempos perdidos

de siestas en verano

sin saber qué hacer

espían tras el portón

en imaginarios agujeros

que llevan

al otro lado

la magia de ese mundo

dónde no deben estar.

 

-Mirá, mirá

lo que hay atrás-

dijo Juan a Nicolás.

 

- si no se ve nada

mirá vos Carlos-.

 

-Qué, hay un ladrón

fijate Miguel-.

 

-Pero que es la…

……………..

bueno basta…

juguemos a la escondida

esta vez

cuenta Manuel-.

  • Autor: Esteban Couceyro (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 14 de agosto de 2017 a las 09:34
  • Categoría: Amistad
  • Lecturas: 82
  • Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
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Comentarios +

Comentarios3

  • Esteban Mario Couceyro

    Para todos..., menos para Manuel...
    Esteban

  • Beatriz Blanca

    Tiempos pasados, que nostálgicos regresan para quedarse prendidos, con aquellas travesuras que solo en esos tiempos se daban.
    Hoy las travesuras se hacen con aparatología, dígase: teléfono celular , tablet y esas cosas.
    Como mayor, me agradaba más entonces, pues, usábamos mucho la imaginación de otra forma.
    Muy buenas tardes y que no te lleve el viento.

    • Esteban Mario Couceyro

      La niñez, lleva en forma paralela, un universo posrealista (giro de moda, adaptado al realismo concreto). En este caso creando incógnita, tras ese portón, atravez de un agujero, donde había algo, que uno de esos niños (Manuel), no debía ver, por lo inconveniente para él. Ese esel final abierto e inquietante, donde la amistad de (Miguel), superó la condición de niño, al proteger a su amigo. Dejo en vos imaginar la causa.
      Es dificil que el viento pueda llevarme, sobre todo habiendo vivido los vientos que hace unos años soplaban en estas tierras.
      El mejor saludo
      Esteban

    • El Hombre de la Rosa

      Versos plenos de metáforas filosóficas que encantan al tiempo y a la vida estimado Esteban...
      Un placer su lectura.
      El Hombre de la Rosa

      • Esteban Mario Couceyro

        Gracias Amigo Críspulo, la niñez, es el crisol que hace a un hombre nuevo.
        Un abrazo.
        Esteban



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