La ventana se abre despacio,
el viento mueve las cortinas,
un cuerpo se asoma sigiloso,
la niña alza sus brazos al cielo,
ofreciendolé a Dios su baile, su alegría,
su canto melodioso, lleno de amor
y pasión. Mis oídos se llenaron
de palabras hermosas que robaban
los versos de aquella canción,
sabiendo que eran para Dios.
Me fui con aquel canto de amor,
confundido y avergonzado,
pendiente en sus palabras
que izaba al viento y sus ojos
mirando un cielo desierto,
dejando atrás,
un campo que yasía muerto.
- Autor: Yo Claudio (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 14 de agosto de 2017 a las 22:54
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 73
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