Los días de agosto pasan
calurosos y hastiados,
sentado en el patio de piedra
que tiene atrás la casa,
apenas tarde,
puedo mirar la tapia,
los árboles
secos mudos, deshojados
las que hoy cubren el patio apacible
con sus colores viejos, oscuros,
muertos.
Los ha abandonado el cielo
están secas, o son nada sus eternas
regaderas.
Sol cansino, soledad y madreselvas,
solo, reposo en esa paz
que me hace a olvido,
plantas secas y sombras extrañas
ahuyentan a las aves del huerto.
El viento...
ah! el viento solo es eso,
el arriero de las hojas, de papeles,
de ilusiones que van y vienen
por mi cabeza;
delirante, algo alegre y algo triste
atestiguo el paso de agosto
por las plantas.
Meditar,
filosofar,
correr, elevarme, aún perderme
como corren las palabras
mías
porque nadie hoy las recoge,
elevarme dije, sí, elevarme
como ese barrilete que algún niño
lanza al viento
desde afuera de la tapia;
dentro...
solo existen esta tarde:
agosto
unos versos,
yo, y mi sombra.
Bolívar Delgado Arce
- Autor: BDA2211 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 15 de agosto de 2017 a las 18:30
- Comentario del autor sobre el poema: Los poetas o los seguidores de la poesía, hemos de vivir momentos así, repetidamente. El ambiente de agosto lo es más...
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 49
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