July 27, 2017
Y dejaré la luna helada cuando la templanza acaricié mi cara
Y se ocultaran las pirañas entres las hojas del río.
Río que tú visitarás con tu piel desnuda y no abandonarás;
Allí dejarás tus huesos ahora limpios
Huesos que yo besaré
y con ese beso sellaré el juramento de este adiós.
No clavaré un puñal en tu pecho
no dejaré una marca con mis huellas sobre tus sábanas.
Esta vez no veré tus ojos
no tocaré tu piel;
pues de tus huesos solo necesito comer
entender que allí en algún momento existió un corazón
que latió pero no sintió las caricias de aquella mujer
que en sus labios llevaba la miel
para borrar de tu camino los dolores
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Autor:
Natalia Aleiram (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 16 de agosto de 2017 a las 07:24
- Categoría: Carta
- Lecturas: 91
Offline)
Comentarios2
Amor eterno, pasión más allá de la muerte; sólo en la infinitud de las galaxias, podemos confiar ciegamente en reencontrarnos, lejos de la traición terrena, superado ya el dolor.
Tu poema emociona, poetisa.
Te felicito!
Me alegra que sea de su agrado, me gusta mucho el análisis realizado.
Gracias!
Encantadores versos,
Un Corazon que no sintio las caricias de aquella mujer, por eso solo de tus huesos necesito comer.
Gracias por compartir. Saludos.
Gracias!
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