Esa mañana ella lucía triste,
tal vez era la lluvia, o el cristal opaco
de su ventana vieja,
o el café frío que llevaba en sus manos
ya más de dos horas.
Aún así no pude dejar de verla,
los mechones de su cabello rizado
eran como hilos de oro que caían sobre su frente,
sus ojos como una llamarada de fuego
que poco a poco se va extinguiendo.
Nunca supe por qué tenía esa apariencia,
pero lo que si supe es que aún con esa tristeza su belleza era inmensamente perfecta.
- Autor: Olga Agaton (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 17 de agosto de 2017 a las 15:36
- Categoría: Amor
- Lecturas: 156
- Usuarios favoritos de este poema: Verso&prosa
Comentarios3
La soledad, el tiempo y una buena taza de cafe.... la belleza perfecta.
Coincido con usted.
Muy lindas letras, creo ella platica con la lluvia el lenguaje que hablan los solitarios y besa a pausas al café delicioso que mantiene para ella.
Que gran poema, saludos!
Gracias. Saludos 🙂
Lastima que no hayas vuelto s escribir...
Volveré a publicar, tengo varios que escribí y no me había dado el tiempo de subir...Es lindo saber que alguien disfruta leer esto.
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