Hago un esfuerzo sobrehumano,
y finjo que aún soy de este mundo
Suelo pasear solo y meditabundo,
y saludo en silencio con la mano.
Una muleta y una silla de ruedas
Han pasado al olvidado desván
Allí sin luz ni movimiento están
Úsalas cuando andar ya no puedas.
No pasarán al cruel olvido,
ni serán anónimo legado
Tal vez sean de alguien remedio.
Yo por si acaso he decidido,
animar mi cuerpo castigado,
alejando de mi el mortal tedio.
- Autor: argantonio ( Offline)
- Publicado: 19 de agosto de 2017 a las 14:36
- Comentario del autor sobre el poema: Esta es la principal diferencia entre lo antiguo y lo actual, en épocas pasadas había que aviarse con las rústicas muletas y si tenías suerte con la compañía de un perro fiel o un rapaz obediente, es gracias a lo que hemos heredados de nuestros mayores que la vida es más grata y agradable.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 77
Comentarios3
Un ameno paseo refresca el cuerpo y el espíritu... Que nada nos detenga mientras estemos!
Interesante reflexión en tu poema Argantonio...
Saludos,
Ross
Soy ateo por la gracia de dios , ya no uso muletas pero estoy obligado a nadar si quiero seguir andando ,para mi el única agua bendita es el agua de la piscina un fuerte abrazo
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