Parábola del museo de la Paz de Vall d´Uixo

Nueve de la mañana de un lunes en San Antonio vall d´uixo.

La paloma se equivocaba de parada cuando abría el museo de la Paz de Vall d´Uixó, y ella era su invitada.

en el museo todos guardaron silencio mirándose las caras viendo que la paloma no venía.

A través  gestos  los asistentes, entre los que se contaban  autoridades locales y estudiantes de la paz, miraron al maestro que era el director del museo.

Este sin saber que responder, para salir del apuro les dijo:

Esto es lo que hay que hacer para que haya paz, guardar silencio.

Los asistentes rompieron en aplausos alabando el  ingenio del maestro y sus enseñanzas,

que escribieron a la entrada del museo para que se cumplieran como mandamientos

Guardar silencio al entrar al museo de la paz.

La paloma fue a parar no muy lejos de ese frío lugar.

Llegó  a una caseta donde vivía un miserable agricultor que cultivaba el arte de la impaciencia.

AL salir a la terraza este se la encontró entre unos sucios cacharros picoteando granos de arroz seco.

Al verla el agricultor comprendió.

Has venido donde no hay paz, ni puede haberla, y lo has hecho para hablar, alejándote de todos aquellos que cultivan su bienestar siendo artistas del silencio y de  las comedias de poner velas en los entierros. Sin embargo, tú  has preferido acercarte a los excluidos, a los desesperados, a los hambrientos. A los que desconocen que es la paz ,y  en sus años de vida por este mundo, no han conocido la fraternidad humana, más bien lo contrario, solo han cosechado  rechazo y odio. Y no solo  te acercas a esta orilla equivocada, la que no  te espera; sino que comes lo mismo que ellos. Mientras los que te adoran y te ceban , los mismos que ponen medallas de oro a los escuadrones de torturadores que defienden la paz de los tenderos, de los turistas, de los juristas, de los columnistas del ABC… la paz del monarca, te esperan. aguardan a que llegues para encerrarte en el museo de la paz, y no te vuelvas a equivocar de lugar ni bando.

Paz y bien amiga.

Vuelve, regresa con los tuyos al museo de la paz llevando mi mensaje.

 

Angelillo de Uixó, urbi et orbe. paz y bien.