Quien ha tenido la suerte de alcanzar la libertad de
la razón, no puede por menos, que sentirse un caminante.
El buen caminante, sentirá con alegría e interés, el mirar
con los ojos bien abiertos, cuanto está a su alrededor, de
ese modo, guardará esas sensaciones en su mochila, compañera
inseparable de viaje...
El buen caminante, debe tener alma de aventurero y entereza
para evitar atar su corazón, a cualquier situación que se pueda
presentar sin que esté en su ideario.
¡En su interior, anida una fuerza que le obliga a cambiar de
paisaje con frecuencia!!.
Dada su condición de luchador nato, se limitará a esperar
el nuevo amanecer para proseguir con la misma ilusión
su deseado periplo.
- Autor: emiliodom ( Offline)
- Publicado: 22 de agosto de 2017 a las 02:57
- Categoría: Amistad
- Lecturas: 20
- Usuarios favoritos de este poema: MANZANILLA
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