Llegaste al fin, insomne muerte,
en tu sorda zancada perdida.
Aprisa surcaste la azabache estela,
cual lúgubre horizontal de clemencias mecida,
que se turba y se recuesta
en un vaivén de elegía.
Crispante melodía despierta,
ante tal llegada imponente.
Que me trenza en yerta espada
para clavarme en ti, muerte.
Ansiando anudarme a tus pestañas
por mi desorbitada furia, tensadas.
Hasta conseguir dejar sus entrañas
en el aire intransitable, ancladas.
Y calmar con gasa de brasas
tu desvalida mirada,
tus ya, imprecisos ojos.
Dejando tan solo de ellos
dos profundos y huecos despojos.
Y alcanza a lamer, lasciva, tu sangre,
mi incontenible lengua de sable.
(y con tal seductor gesto)
sutilmente surcare, profundo tu pecho.
Lograre tornarme caprichosa mina
reventándome en tu boca.
Y entre tus cadavéricos cimientos,
hambriento carcoma loca.
Y cuando casi extinguida, pidas clemencia,
me descubriré, para ti, de la crueldad,
devota presencia
escarbando en tus sangrientas heridas.
Donde sembrare colmenas de serpientes homicidas.
Y recostada en tal tormento,
allí, vieja amiga, cavare tu lecho.
Tanta ira desgarrando mi consuelo,
me levanta en torrentes de viento
y huracanes de hielo.
Pues desde esta brutal travesía,
solo puedo quedarme donde he llegado
deshabitada y perdida.
Y solo me es posible seguir viviendo,
ante ti
y mis pedazos de odio luchando en su nombre.
Y repito su nombre “Eduardo”
y descubro dentro, destellos de vida.
Rebusco en su memoria
y tras ella, aun mas vida.
Jirones de pasión en su recuerdo,
claridad inmensa.
Y vida, vida,
mucha vida.
Resbalando en mis ojos
su lindo horizonte perpetuo
y su inextinguible esencia.
Descubro que tan lejos. Mi primo…
tan lejos no queda tu ausencia.
AUTORA - Merche Monroy Fernández
¿Por qué te fuiste tan pronto?
No me diste hija tiempo a decirte
todo cuanto te quise.
Que el viento te bese cada día en mi nombre hija.
- Autor: Pedro Monroy Gemio (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 24 de agosto de 2017 a las 04:11
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 17
- Usuarios favoritos de este poema: Texi, Juan Pedro Castellano
Comentarios1
El dolor y la rabia del poema alcanza certera el alma misma.
Un ser especial y sensible se descubre en sus letras. Un talento suspendido... pero no olvidado gracias a tí, Pedro.
No sabes como te agradecerte esas palabras, saludos amiga.
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