Las cosas más importantes se hacen
en soledad: Nacer, morir...
Acabo de cenar ensalada, pintada con todos
los colores que emborronan mi paleta.
Acabo como atravesado por dentro, de oreja
a rabo, por un arcoíris que me abarrota de
partículas que me aseguran mi optimismo
por unas horas.
Vuelvo a meterme en un mundo pintado por
Google, entre otros colaboradores, casi sin
poder sentarme por el embutido en que se ha
transformado mi estómago. A veces me siento
boa constrictor sin presa que estrangular.
Me levanto con ganas de apagar fuegos, el
aliño me implora lluvia en vaso para reparar
los ácidos, para recuperar el equilibrio que
me permite seguir ajeno a los que me pasa
por dentro.
Voy a la cocina y vuelco el líquido clave sobre
un cilindro verde transparente que me riega
mi flora, que me hace sentir la dicha por unos
instantes. No hay mayor placer que el que se
deriva de la desaparición de una urgencia
perentoria, esencial como la sed.
Vuelvo a la silla que dejé caliente, y que me
reprocha su abandono constante, para volver
a hundirme en una mentira programada,
engañosa, como la vida misma.
Todavía, casi al alba, sigo inmerso entre
paredes de ceros y unos que me aseguran mi
aislamiento de lo anodino.
El arte me proporciona un olvido a medida
para sumirme en mi realidad, que es la que me
importa.
- Autor: Albertín (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 24 de agosto de 2017 a las 20:16
- Comentario del autor sobre el poema: De cómo una ensalada arrasa por dentro...
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 35
- Usuarios favoritos de este poema: ADANS BECMAN
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