Yo tenía una amante que se llamaba estrella fugaz
Tenía la lámpara del deseo y un tatuaje como un picaporte
Yo vi la lava brotando de una guitarra, con piel de delfín
Yo tenía una amante.
Mi cama le quedaba bien,
El carpintero sabía la medida de sus senos,
Que aullaba en la misa y, que se cubría con campanas sus pezones,
Yo tenía una amante
Pero la llama se fue, fuera de rieles,
Su vagina de seda era la sombra de una vela y,
Como la vela se extingue, se fue con el sahumerio de mi boca
Yo tenía una amante.
Tan alta era su pasión, que amarraba los picos a los pájaros,
La trenza de su pubis, era la tortura que azotaba mis poemas,
Un medio día, llego y se fue, pero sus quejidos,
Se quedaron ovillados, a mis piernas en forma de falo
Yo tenía una amante
Mejor camino mi lengua por la planta de tu pie con seis dedos
Pero si los muerdo seis veces, el deseo pedirá seis veces más.
Dios, no me perdones, dame su cuerpo, yo me encargo del resto
Yo tenía una amante.
Yo vi a un ángel pintado de miel y, olía a sementera recién sembrada
Yo le dije a Dios, mis días de hombre, son más divinos que tu eternidad
Te inventaste el tiempo, para medir mis orgasmos,
Se escondió dentro del Internet y me mando un virus.
Ya no tengo amante
- Autor: Milan78 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 24 de agosto de 2017 a las 20:21
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 28
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.