El dulce aroma de la gran pena
Se extiende sobre la tierra
Plumas de humo se elevan
Y emerge un cielo rojizo
Hambriento de ceniza ritual.
Un hombre descansa y sueña con ríos translucidos
y campos verdosos,
Pero despierta sin una razón para despertar.
Está siendo asaltado por recuerdos de un paraíso
perdido.
En su juventud o en su sueño, no logra poseerlo.
Encadenado para siempre a una realidad utópica.
No es suficiente, no es suficiente.
Su sangre se ha congelado y coagulado por el frío.
Su garganta queda atravesada por una verdad impronunciable;
Un mundo, un alma, el tiempo pasa, el río corre.
Hablando de amor y otras subjetivas.
El silencio responde todo.
Esa arremolinada invitación
Fluye oscura y sigilosa.
Es un horrible indicio de lo que sucederá.
Un viento incesante sopla toda la noche
Hay un polvo que me ciega la vista
Lo que acalla es
Más fuerte que las palabras
Sobre las promesas rotas.
Lo cubro con mi manto desesperanzador
Un nuevo día no vendrá.
JULIETA IALLORENZI
PATENTADO EN SADAIC Y DNDA
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS
- Autor: JULIETA IALLORENZI (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de agosto de 2017 a las 00:04
- Comentario del autor sobre el poema: Mi primer poema de los 11 años.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 36
- Usuarios favoritos de este poema: Yiyou, Evandro Valladares
Comentarios2
El poseía su verdad y por mucho que buscó, en el mundo no la encontró. Una maravilla y descriptiva forma, de un padecer, finito.
Saludos yiyou
Me gusto pasar por tus letras . FELICIDADES.
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