**-Narracion Ficticia - La Carrera Clandestina-**

ZMRS

Es el ocaso más descendiente y más cálido. Presagiando una gran noche. La noche más excitante, más elocuente, más vivaz. La noche fría, friolera, álgida, de un color en nieblas frías de un cielo estrellado. La luna hermosa tan inmensa como aquel sol de aquella tarde cálida. En la ciudad de kulkuman en el sur de ultratumba se encuentra el joven llamado Fagaratto. Fagaratto es un joven que siente una gran atracción y pasión por las carreras clandestinas en medio de la calle del Kilkil y Kulkul. Fagaratto siente un deseo y es realizar la carrera clandestina entre la orilla del mar de la playa del Océano Verde. Y todos sus amigos lo secundan, lo siguen y más aún, persiguen ese sueño que puede ser más real que la misma noche llena de estrellas. La carrera clandestina yá viene, yá llega, como un cometa de luz en la tierra, como un lucero, como todo un sol en el amanecer, como todo un veloz viento que corre como el tiempo, como un aire que corta a la piel, como un enredo de luces clandestinas brillando alrededor de las palmeras altas, y los cocos atemorizados caen por el fuerte estruendo que perciben del ruido de los autos. Es la carrera del año, es la acción más convidada, más excitante, más placiente, todo preparado, todo lleno de luces, las personas en las gradas en la orilla del mar de la playa del Océano Verde. Fagaratto excitado, apasionado, ilusionado, y emocionado vá en busca de ese sueño. No estaba en la calle Kilkil y Kulkul, estaba en medio de la orilla del mar abierto. El mar sosegado, limpio, en calma, no estaba bravío y la arena limpia, y calmada apta para cualquier evento en ella. La carrera clandestina, casi una envergadura de alto renombre, pero, ilícita, ilegal y prohibida. Era las once de la noche, casi la medianoche, la noche estrellada, casi imposible de olvidar, los amigos de Fagaratto hablan de todo, de mujeres, de cosas de autos, y de la muchacha tan hermosa que dirigía el evento clandestino. En la ciudad Kulkuman hace silencio, la compostura de la noche fría, se hace más tenebrosa, todos duermen, menos la noche clandestina, ilegal e ilícita y se hace dueña de todos los presentes. La carrera clandestina, hace la manera más vil de creer de vivir en el clandestinaje por siempre. Fagaratto se adentra en el interior del automóvil, enciende el carro, acelera y hace una humareda desde la parte trasera del auto, desde el mismo mofle del auto. La muchacha hace la señal entre los dos carros, la señal de decir “adelante”. Y queda el auto como dos terremotos, como dos relámpagos de luz, como dos cometas de luz, como dos rayos en el mismo cielo, como dos vientos veloces, como dos paisajes del Edén. E hicieron la carrera en la orilla de la playa del Océano Verde. En cuanto, los autos quedaron como dos chatarras viejas en el desván de alguna casa vieja. Y Faragatto, quizás algún día los conduzca y los pueda hacer brillar como el sol a medio día del algún otra día más, como la carrera clandestina más excitante en la orilla de la playa del Océano Verde.


         

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  • Autor: EMYZAG (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 27 de agosto de 2017 a las 00:18
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 12
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