Llegaste del entre ensordecedor ruido apareciendo como de la nada
con esa exquisita belleza tuya, frágil, casi extinguida,
para alterar un mundo escondido,
así apareciste, de pronto y como por ensueño.
Había algo extraño en el movimiento de tus manos, que,
a la vez de tan femenino, semejaban abanicos provocando
la brisa fresca que despejaba a la vez que sorprendiendo
a un corazón escondido y desprevenido.
Te precedía tu piel de nácar, brillante y tan reluciente como
esas gotas de rocío temprano que en tus bellos ojos
se escaparon en un descuido.
Frágil como la flor de Loto que llevas impresa, flor que ahora
es la más bella en mis aguas calmadas. Fueron mis versos,
o la necesidad que escondías tras tu belleza nacarada, frágil
y etérea como lo inmaterial de lindas notas pendiente de unirse
en sublime sinfonía, la que despertaron algo en ti
y que me sigo preguntando los porqués, que era aquello
que había en el fondo de tus palabras por veces extraviadas.
Cuando dije que tus lágrimas eran como racimos de perlas
doradas, esas que cuelgan en los vencidos brazos de las palmeras
esperando ser el alimento de un hambriento, de un errante
vagabundo que habita vegetando en un mundo escondido,
no lo dudaba entonces, ni lo dudo ahora, eran eso, y además,
eras lo estilizado, la fragilidad delgada del junco, que, como
el acero se dobla, pero que no se quiebra. Eres la sutil esperanza
de esa belleza temprana que derramas, atrevida de sueños
de universos por explorar que se manifiesta sin pudor
siguiendo los impulsos de tu juventud, esa maravillosa
y pujante belleza temprana que promete sin prometer nada
y que luego como si todo hubiese sido un sueño maravilloso,
desapareces como la bruma que el sol calienta y se esfuma.
Quedaste en mis retinas, en mis oídos, y en esos momentos
tan rodeados de ruido, abriste un hueco para recorrer caminos
que conducían a mi alma y ahí te quedaste, (formando un todo
tan bello y reluciente, como la necesidad que descubro que había
en ella), te anclaste entre mis retinas, mis oídos y por fin, en mi calma.
He detenido la rotación de las estrellas, las he vaciado de gravedad
y las hice invulnerable a las caídas para que tu atrevida juventud,
maravillosa semblanza de la belleza temprana, no sea pasajera
y se haga eterna para el regocijo y punto de encuentro, pues,
a fin de cuenta, que, si no lo bello es lo que mantiene en vilo,
y con vida, un alma que se esconde en un mundo caducado.
Juventud plena de belleza tan temprana, que amaneces antes
de las auroras, y te mantienes indeleble después de los ocasos.
Un corazón se eleva por los confines insospechados de la conciencia
cuando penetrando como fino puñal, el tiempo que se avecina
abres una brecha en la vida por donde se puede vislumbrar
cómo crece arraigándose flores nuevas. No serás pasajera,
serás ya como la bella flor de Loto que saliste de la nada,
no pienso decirte adiós, aunque ahora ya nunca más te vea,
tan solo diré: bendita seas mujer por siempre bendita seas,
fundamento de un futuro que llegaste en un instante,
te materializaste en un instante, y en un instante te marchaste.
Quedó tú presencia, que aun ausente, eres y serás lo tangible,
lo reluciente nacarado en mis retinas sorprendidas
en mi mirada extraviada.
En mís recuerdos quedan impresas tus palabras emocionadas,
como quedan instalados los miedos a no volverte a ver
y no saber que se escondía tras esa esas perlas doradas.
El lugar íntimo de las palabras es el silencio, de donde surgen,
y cuando lo hacen, o buscan un lugar de entendimiento entre
tanto ruido, o preguntando los porqués a los interrogantes.
Y es desde ese intimo lugar que a veces parten,
convertidas en nave contestataria y curiosa de verdades,
que sin rumbo surcan mares desconocidos tratando de
llegar a un horizonte donde saciar sus necesidades,
y parten, con sus velas impulsadas por el viento de la curiosidad
que acumulan las incógnitas en alianza con el inconformismo,
las que a su vez consiguen el avanzar, evitando,
que, con el estancamiento, la quietud o el desinterés indolente
den lugar al desconocimiento o al olvido.
Y si el olvido es progresivo y el desconocimiento ignorancia,
hagamos que las palabras despierten de la intimidad
y salgan vestidas e inquietas de preguntas,
que a través de ellas se pueda lograr llegar
al fondo de unas perlas doradas,
a lo profundo de su mirada.
-
Autor:
hugo emilio ocanto (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 29 de agosto de 2017 a las 02:22
- Comentario del autor sobre el poema: Comenta su autor, Antero: Los sueños, esos manjares que podemos paladear una y otra vez, los que a veces se confunden con la realidad, ¿ o será acaso que no son sueños ? Tal vez que el brillo de esos ojos, siguen siendo perlas doradas en su piel de nácar. Antero. Con autorización de su autor, interpreto sus letras. Feliz día, amigas, amigos del alma. Hugo Emilio.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 78
- Usuarios favoritos de este poema: María C., El Hombre de la Rosa, RIVAS JOSE, Beatriz Blanca, Menesteo, Victor Ma. De San Lorenzo, Maria Hodunok., Hugo Emilio Ocanto
Offline)
Comentarios10
Arte versando y arte recitando, todo en ti englobado y sale lo majo
Un abrazo
Todo lo has dicho, y lo agradezco, Kitty.
Un abrazo.
Muy hermoso y grato tu genial recital del romance de nuestro gran poeta Artero, estimado poeta y rapsoda Hugo Emilio Ocanto..
Un grato placer escuchar tu palabra..
Un fuerte abrazo de amistad...
El Hombre de la Rosa
Gracias Maestro.
Ha sido un gusto interpretar letras de Antero.
Un placer tu comentario.
Un fuerte abrazo de amistad.
Hugo Emilio.
Interesante historia, que quedó plasmada en esta prosa poética, llena de apsionante inquietud, muy bien Antero y Hugo Emilio excelente interpretación. Abrazo de amistad a ambos.
Muchas gracias Fabio.
Placer tu visita.
Abrazo de amistad.
Hermoso y genial poema muy romántico tan lleno de recuerdos bellos pero muy magnifica interpretación realizas como siempre mi estimado amigo heo en donde estoy seguro que cada día mejoras mas y mas . Les aplaudo con mucha alegría a ambos poetas ( Antero y heo). Saludos cordiales para ambos y un gran abrazo.
RIVAS JOSE
Tu presencia alegra mía, poeta.
Agradezco nos acompañes.
Tus palabras me motivan a interpretar más... y más...
Muchas gracias por tus aplausos a ambos.
Saludos cordiales y un fuerte y sentido abrazo, amigo.
Hugo Emilio.
Encantado!
Muy hermoso tu prosa poética de amor con mucha pasión. Me ha encantado leerte. Un abrazo amigo.
Muchas gracias por acompañarnos, Paloma.
Un fuerte abrazo.
Hugo Emilio.
Bellas y profundas palabras que cobran vida al ser recitadas.
Felicitaciones, aplausos y un brazo
Muchas gracias Beatriz por tu presencia y comentario.
Agradecido por felicitaciones y aplausos.
Un abrazo.
No podía ser de otra manera; encontrarse la mejor pluma y la voz inconfundible en un poema de bandera.
Resaltar suavemente cada verso del poema, con aroma de la mar en ecos de caracolas.
Describir con esa voz los suspiros de un poeta, cuando habla del amor enamorando sus letras.
Un gran abrazo para mis dos buenos amigos.
Hugo Emilo Ocanto y ANTERO.
Menesteo
Es maravilloso la forma en que comentas, José.
Agradezco infinitamente presencia y sentir.
Recibe un fuerte y sentido abrazo, amigo poeta.
Hugo Emilio.
Hugo:
Un sueño exquisito de amor de Antero, bien interpretado
por tu cadenciosa voz.
Un abrazo a los dos.
Muchas gracias Fabio.
Satisface tu presencia y comentario.
Un abrazo.
¿El poeta y el declamador? Dos joyas inigualables. Muy bella y profuda la historia. Me quito el Kippet Judío que llevo en mi cabeza, ya que no traigo sombrero. Merecidos saludos y un caluroso abrazo, a éstos dos genios de la poesía.
victor ma.
Eres fabuloso, Víctor.
Muchas gracias.
Me voy a descansar, feliz de tu presencia y comentario.
Gracias. Gracias hermano.
Un sentido abrazo.
Hugo Emilio.
Selah!
WOW, falto un dia y me pierdo este poema espectacular de nuestro amigo Antero.
Intensidad de amor a pleno y tu voz, Hugo, le da el toque distintivo de sensibilidad.
Que lindo poder escuchar.
Un abrazo y felicitaciones a los dos.!!!!
Gracias María por acompañar.
Sentido abrazo!!!
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