Y me quedé dormida dulcemente
en la noche de amor de tu mirada,
esa mirada tuya que insistente
me borda de te quieros la almohada.
Y desperté a la aurora, estremecida
bajo la fina lluvia de tus besos,
pues, ella es para mí, fuente de vida
y me cala su amor ¡hasta los huesos!
¡Que se pare el reloj en este instante!
Que quede suspendido este momento...
¡Que quiero para siempre ser tu amante
y morirme de puro sentimiento!
¡Y, cual hiedra rodee mi cintura,
tu fuerza, tu pasión y tu dulzura!
- Autor: jarablanca ( Offline)
- Publicado: 31 de agosto de 2017 a las 17:17
- Categoría: Amor
- Lecturas: 47
- Usuarios favoritos de este poema: FABIO BOHORQUEZ RODRIGUEZ, Fabio Robles, Humberto Barba, gonzaleja, Fantasma Enamorado, Mima Figueroa
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