Hoy que ya no preguntas a nadie por mí,
Debo decirte lo triste que fue aguardar por tu amor,
Mientras el ocaso perdía las diversas cosas
Que habían ocurrido en la tarde, ya no estaba yo
Bajo el triste símbolo de la vida que no quisiste
Compartir conmigo, a fuerza de desamor, me he ido
Hacia ese basto espejo
Cuya noche y cuyo día es una misma sombra.
Es el espejo quien ha tomado las acciones de mis días,
Soy yo la sombra que se pierde, la que ha de
Esperar a que la otra Onelia vuelva y se mire
En el espejo para poder contemplarme.
A ella le he dejado las horas
Y los días, la procelosa vida.
Yo, de este lado, escribo grises poemas y miro tu rostro
En la borrosa fotografía de la memoria.
Ese es mi tiempo que no pasa, que me ignora y no transcurre.
Es hora de decirte que no me abandonaste, aún persistes
Como una especie de último aliento,
Yo soy la que me he ido
Hacia la más lejana y desoída de las soledades.
- Autor: Joseph Octavius Moral Lope ( Offline)
- Publicado: 2 de septiembre de 2017 a las 01:48
- Categoría: Amor
- Lecturas: 45
- Usuarios favoritos de este poema: Verso&prosa, Nipur
Comentarios1
Me gusta mucho tu modo de decir.
Saludos de amistad.
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