Los árboles me cubren
las montañas
enormes, también
solo el recuerdo y la esperanza
dejan la posibilidad
a la libertad
jamás concretada de la fuga.
Tus ojos
esos que me miran
son las ventanas
sin barrotes de mi celda.
Ellos me invitan húmedos, a la fuga
y temeroso de la libertad
me dejo llevar en tus lágrimas.
Viento fresco sobre mi cara
sol que abrasas mi alma
qué puedo pedirte
si ya me lo has dado.
Como puedo gozar
todo lo existente
si ya lo he tomado
nada es nuevo
la brisa, el sol
nuestro amor.
Otra vez tus ojos
me miran húmedos
como las ventanas
sin barrotes de una celda.
- Autor: Esteban Couceyro (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 2 de septiembre de 2017 a las 10:04
- Categoría: Amor
- Lecturas: 29
- Usuarios favoritos de este poema: Texi, El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Cuando se ensalza con tanta belleza el sentido del amor el corazón entiende la llamada a la felicidad, estimado Esteban..
Un placer pasar por tus letras..
El Hombre de la Rosa
Con los años, he aprendido que la felicidad es ambigua, que el deseo el inicio de ese camino feliz, debe ser negociado, de alguna manera con dolor y perdidas.
El placer es mío, querido amigo.
Esteban
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