Cuando me abres los ojos me reconozco;
cuando me miras cierro los ojos.
Aparece el alba con mi asombro
y cuando oigo tu voz se enciende mi aurora,
voy forjando palabras
que salpican dulzura mientras corren en el teclado.
Cuando sonríes te oigo en mi plectro;
son como gotas de cristal en la cúpula de mi boca:
tan claro, tan potente;
parecen cascabeles tintineando en la nieve.
Reposo mi mirada en la copa de mi vientre;
saboreo su aliento de almendras
con tu roce magnético y la música de mi lira,
con la sutil fragancia, la paz
y en mi quietud de agua.
- Autor: Merche DemBar (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 3 de septiembre de 2017 a las 02:42
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 16
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