Por Alberto JIMÉNEZ URE
La vi proferir improperios en el pódium,
Desaliñada pero sin que su ropaje luciera harapo.
-«¡La Derecha no volverá, maldita perra!»
-Repetía, necia y persistentemente.
-¿A quién te refieres? –la interrogué-.
¿Quién es ella, a cuáles asuntos se dedica,
Fue una infiel y abusiva pareja contigo?
Se levantó de su silla y corrió hacia mí
Para abofetearme y acusarme de espía
De una agencia central de inteligencia.
-¿Si la Universidad de Los Andes lo es,
Discúlpame señora ponente? –la espeté.
-«¡Las milicias si son patriotas,
No las peluconas ni maricones
Que hablan como sabios!» -respondió.
Entre los asistentes a la conferencia,
La mayoría de las alumnas y profesoras
Se levantaron de sus butacas muy derechitas,
Mientras los hombres evadíamos los hedores
Que emanaban las flatulencias de la invitada.
El Rector de la Universidad de Los Andes
Ordenó que buscasen a esa tal «Derecha» para
Sacarla del «Aula Magna» donde el bullicio
Impedía que el evento académico prosiguiera.
Empero, no pudieron distinguir quién era
Por cuanto todas las damas presentes
Estaban en silencio, a la expectativa y derechitas.
-¡Hasta la Victoria Siempre! –gritaba un grupo armado
Que disparaba hacia el almacén de las togas y birretes-.
¡Así, así, así, con pólvora es que se gobierna, así, así, así!
- Autor: DEMÓDOCO ( Offline)
- Publicado: 5 de septiembre de 2017 a las 07:45
- Categoría: Sociopolítico
- Lecturas: 56
- Usuarios favoritos de este poema: Bienvenidos, Raquelinamor
Comentarios2
¡Así, así, así es que se escribe!, como espía de la agencia central de las letras cargadas de metáforas cual balas insignes que van "derechitas" al "Red target".
Una verdadera manía que debe darle muy buenos resultados en buena porción de la masa poblacional que como ellos mismos acusan…
son ignaros causantes de la obstrucción de toda su genial gestión gubernamental,…
dejamos de ser potencia por culpa de la oligarquía, por el imperio, por la derecha maltrecha,…
y por supuesto por el analfabetismo del lumpen, (sic)
pero que no dejan de reconocer en uno que otro desliz son la fuerza bruta necesaria para seguir empujando su revolución a paso de vencedores,…
y sin embargo, ante la alternativa de vencer o morir, la segunda opción es sin duda la primera a elegir…
según el subliminal estribillo fijo repetido hasta la saciedad “Patria socialista o muerte”….
La paradoja de todo esto es que se cumplió el refrán:
“Quién muerte en salud ajena espera, su propia vida condena, quién muerte ajena espera, sea la suya la primera”…
y tan absurdo fue su sino que de sus restos nadie sabe o puede dar fe de su destino.
Saludos amigo Alberto JIMÉNEZ URE desde la ciudad de la cordialidad hasta la emeritense ciudad de los caballeros.
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