En el semáforo crece una amapola
sin ajada cuna,
sin lozana luna.
La luz de la farola la amamanta y zozobra
porque puede escuchar a la flor
como se recuéstan en su acero y llora.
El cielo se despereza en batalla,
llueve.
Madrid se desmaraña de polvo
y prefiero andar por su acera descalza,
pisando la sangrienta de nubes
que enchárca la plaza.
El metro se despierta gritando
y parece que nadie le oye.
Contra una manada de almas
me siento en sus gélidos escalones.
Y ascienden y descienden apresurados
pies, entre los que la locura calla
y miradas perdidas, entre deseos que bailan,
que engullidos por la circular y sus lamentos,
De la secta del “tic-tac”
van haciéndose adeptos.
Vomitadas de los túneles de hormigón,
alcanzo a escuchar el cansado caminar
del agua de una alcantarilla,
arrastrando rumor de lágrimas
de gotas que caen de rodillas.
Y en los contenedores se despedazan notas,
sangran melodías rotas.
Me acerco para remendarlas
y encuentro un saxsofón
con voz de guitarra.
Parece que a este planeta
un sueño mas no se amarra.
Lo pérsigo, a traspiés, por el asfalto,
hasta estampar su trémula piel agrietáda
contra un edificio enmudecído,
tambaleando su cemento cansado,
en este Madrid de vértigo
que ensordece en cada tramo.
Me allego a sus cadavéricas ventanas
acuchilladas por el estruendo
y desplomada de rodillas, descubro,
como Peter Pan
a prisa y con resignación envejece.
A Alicia mudándose
del de las maravillas
… a un país de suicidas.
Y tristes espinas de sireníta
en la asfaltada orilla.
AUTORA - Merche Monroy Fernández
- Autor: Pedro Monroy Gemio (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 8 de septiembre de 2017 a las 03:24
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 113
Comentarios3
Un hombre de raices que describe un paisaje costumbrista aunque con un brillito de amor y con las alas de juan salvador gavita alcanzado por los años. Raices profundas.... deve ser muy bello Madrid para marla tanto
Qué buen poema amigo,donde más allá de describir el lugar y la historia,tiene la picardía del amor.
Abrazos de Inesita
La cotidianidad que apaga rebeldías, el asfalto, que tiñe arcoíris... como todos, hermoso.
Gracias querida amiga Idoia.
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