Belleza...
inconsolable
y tenue dama,
que palpitáis
muy brevemente...
en el éter
de la nada,
entre rosas
espinosas...
apenas se amortiza,
entre horas
deslizadas...
de cristal
oscuro y leve.
Belleza...
inconsolable
y tenue dama,
que palpitáis
muy brevemente...
en el éter
de la nada,
entre rosas
espinosas...
apenas se amortiza,
entre horas
deslizadas...
de cristal
oscuro y leve.
Comentarios1
Eterna nostalgia, dolor incurable, el vacio y la nada pueden llamarte pero solo son la ausencia de esperanza. Y al fin y al cabo los hijos llevan nuestros sueños y esperanzas dentro de los suyos, son quienes contienen nuestro amor parental y resguardan nuestro corazon. Es imposible no tener esperanza con ellos en nuestra vida. Que poema tan triste y al mismo tiempo tan bello. Todo gira, la vida siempre sigue, aun cuando no queremos. Un hermosos escrito
MUCHAS GRACIAS...
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