Tus pechos son cordilleras de nácar y fresa por donde mis manos trepan, tu cuerpo es una Venus descansando en su lecho, en las almohadas reposan, tus labios rosas rojas saboreándolas cuando mis labios las acaricia.
Mujer cariñosa y apasionada, detallista y elegante, por donde pasas va dejando las huellas con el olor de tu perfume por esos arcos milenarios que cada día tu cuerpo va paseando.
Siempre te espero en el mismo lugar y con nuestras palabras consumimos nuestro aperitivo de las tardes, esas horas que cada vez se nos hace más corta, nuestro amor continuara y renacerán también nuevas horas, nuevos momentos de pasión y amos.
En la noche paseamos a media luz, entre las farolas y la luna, tu cara y tu cuerpo se ilumina con su reflejo, mientras por las esquinas nos paramos nos miramos y nos damos esos silenciosos besos de amor que hacen vibrar nuestros cuerpos.
Pintura de Leonid Afremov
© José Cascales Muñoz
Reservado todos los derechos.
10 de Septiembre 2017
- Autor: José Cascales Muñoz ( Offline)
- Publicado: 11 de septiembre de 2017 a las 09:44
- Comentario del autor sobre el poema: Tardes de aperitivos o meriendas, miradas centradas es nuestro amo, noches de paseos por las estrechas calles y los jardines, dejando nuestro cariño en sus bancos o bajo la luna.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 46
Comentarios1
Me encanto el cuadro y el poemo es muy bello. Felicidades
Muchas gracias Ronnin, un saludo desde Sevilla
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.