Aguantar de pie se nos hizo jodido. Cuando las piernas te tiritan y sientes un vacío en el estómago nada puede ir bien por tu cabeza. Los buenos tiempos renuncian y tras unos meses te sabe la boca a cenicero, los días largos son cada vez mas amargos y las noches sin horizonte te saben a poco. Intentas ser positivo pero alguien se bebió el vaso medio lleno que dejaste en la nevera. Te enjuagas la boca con café, esperas a que el endiablado reloj marque las dos para salir de la cama y le prendes fuego a la que seguramente vaya a ser la mejor comida del día. Primero fumo, luego existo. Ducharse, poner una canción aun mas fría que el agua y mirarse al espejo con esperanza de que algún día la persona que hay al otro lado del cristal se parezca un mínimo a la que vive en tu cabeza. No se necesita mucho mas para llegar a escribir esto, para darse cuenta de que las hojas secas cortando el viento tienen mas alma que tú.
Comentarios1
Hola Poto, quedé cautivada con tu escrito, y como me impacto el titulo, lo tomé prestado para inspirarme y hacerle la segunda parte ... Espero sea de tu agrado!
Me quedó extenso, pero es que no se escribir relatos cortos.
El "supuesto" paseo de la verguenza! ...
Me desempolvo la rutina y salgo a dar un paseo. El dia se muestra un poco gris, como no es usual. Es domingo por la mañana. Con el alma en un hilo me acerco al parque, el monte se ha secado y oigo las hojas como se quiebran.
Indago en mi laberinto y allí estas TU, ocupado en refrescarte los ojos bien temprano para solo mirar tus adentros. Te has preparado un café con la ilusión de desdibujar el pesimismo con una satisfacción imperdurable; sacas a relucir tus reproches y tus retocados cuentos del día a día, seguro, como siempre, que ésta partida de barajas está alineada a tu favor.
Mi suspicacia fué un poco tardía al creer -como boba- que con mansos discursos conseguiría subir por piadosas ramas y no me desgastaría, cuando en realidad tu te hacias tan distante.
Aunque no es invierno, ha comenzado a llover, permanezco inmovil un rato mas y en cada gota del torrente me doy a la tarea de apostar que sigo viva. Pienso en jugarme mi ultima carta. Hay algunos niños correteando en el parque, unos pequeños rufianes que me hacen recordar que mis mejores tiempos han mermado.
De pronto, me descubro hablando sola, sin la obligación de regresar a ese cascaron vacio que hacía las veces de hogar. Corro, corro sin mirar atrás, y un puñado de hojas se apartan, como si comprendieran cuando alguien dice "Adíos" o se decide a dar el gran paso, para sonreirle a la vida, sin sentimientos de culpa!
Hola! Muchisimas gracias por los cumplidos y por haber escrito la segunda parte de este texto. La he disfrutado bastante.
Saludos desde España.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.