Allá queda tu mito intransferible:
la maza enorme con que el Orco irónico
amenaza en la puerta de la tumba;
los hombres de las barbas triangulares,
casco de hierro y espadas resonantes:
la sangre derramada en la batalla
en el puente de tablas sobre un río;
la fabulosa creación del arco;
la indescifrable risa de los dioses;
el velero corsario eternizado
en la festiva magia del hexámetro;
las uvas reflexivas madurando
en el valle intrincado de los muertos;
el mar que acecha, inquieto, en tus orillas,
el camino del puerto hasta la acrópolis
en la luz abismada del verano;
la piel amoratada de las vírgenes
ardiendo en las tinieblas del sepulcro;
una agonía de lentas marejadas;
el azaroso juego del arúspice.
Allá queda tu sueño sin palabras:
en las líneas sonoras del paisaje,
en una clara intimidad de muertos.
Sobre la exacta cifra de los montes
brilla en el aire un agua de equinoccio.
- Autor: andrea barbaranelli ( Offline)
- Publicado: 16 de septiembre de 2017 a las 05:43
- Comentario del autor sobre el poema: Rasenna es el nombre que se daba a sí mismo el antiguo pueblo del centro-norte de Italia que los Romanos llamaban Etruscos y los Griegos Tirrenos, desde el siglo VIII hasta el siglo I antes de Cristo. Fueron los habitantes de los lugares (todavía llenos de su presencia) donde he nacido y vivido mi infancia y juventud.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 94
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, Douglas Landaeta T.
Comentarios1
Precioso poema que enmarca el sentido humano de la poesía en tus geniales estrofas estimada Andrea
Un placer pasar por tus letras...
Abrazos de amistad...
El Hombre de la Rosa
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