JESUS (LOCO DEL ATRIO)

Loco del atrio le gritaban,
pero él, sin mínima seña de disgusto ó preocupación,
continúo disertando con Aristóteles

Jesús, como te atreves a decir que Platón,
maestro, ¡Mi maestro! era un bufón de su obra exotérica,
que perdía el tiempo en sus grandes doctrinas
y divagaba a la sombra de algunas preguntas absurdas.
¡Oh! Por dios Jesús.
Dices tanto, de tan irracional manera,
alardeas de la poca cordura que tienes,
nada te toca, nada te afecta,
como haces ¿para ser jodidamente feliz?

Hecho hacia atrás su espalda,
las rodillas con sus manos rodeo,
con aquella sonrisa de satisfacción, dijo:
Aristóteles, hombre práctico y pragmático
de esas ideas naturalistas, escúchame bien.

No hago ofrecimientos de componer un patria
perdida entre leguleyos y caretas sin vida.
¡Mi patria soy yo!

Nada me obliga a usar esa ropa tan cara,
en desmedida costosa,
solo para estar en gracia de quien al siguiente día ni el saludo me da.

No me aterra el pasado,
mi presente aquí esta,
y porque vivir azotado por lo que la aurora no sé si me traerá

Mi café seguro tengo en las mañanas,
hasta en las tardes grisáceas,
en las noche la luna me cobija,
es la única que bajo ningún argumento me abandonara.

Conozco tanta gente,
las veo pasar hasta diez veces al día,
se lo que les inquieta,
se lo que les preocupa,
se lo que les alegra.
He visto amores perdidos,
entierros sufridos,
amores clandestinos,
mujeres de a peso,
mujeres de gran peso,
hombres mentirosos,
hombres atrevidos,
familias destruidas,
padres cariñosos,
mujeres leales,
hombres cobardes,
gente sin tiempo,
alcaldes con excusas,
niños riendo.
Aristóteles,
he visto más rencor y amargura desde aquí,
por cosas vanas e imposibles que la gente quiere alcanzar,
que placidez en sus miradas por todo lo extraordinario
que a diario la vida les pone en la mesa.

Alzo su mirada y como hablándole al Supremo,
concluyo diciendo…
El todo o nada me da,
Entonces ¿porque estar con el alma en un hilo?
La felicidad depende de mí,
gracias al cielo es así.
Por eso no pido nada más,
¡vida para vivir!

LoreCruz
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2017