Entre brechas y veredas mustias
resuena el terso canto infantil,
que se torna agudo y con angustias
por la amarga marcha a lo senil.
Deshojándose el encino viejo
trae consigo muerte a su sombra
y a su infancia que es recuerdo añejo
del fatal destino que se cobra.
Ya marchito el fulgor matinal
en el umbral del sueño invernal,
aquello que fue, nunca será.
Y así se esfuma el futuro lejano,
del alma extranjera que en pena vuela
al mundo extraño al que el sueño es cercano.
- Autor: Carlos Ars ( Offline)
- Publicado: 21 de septiembre de 2017 a las 17:26
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 14
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