Conozco estrechos pasillos
con forma laberíntica,
angostas calles sin aceras
donde mujeres de vestir estrafalario
transitan la obertura de muros que han suspirado.
Barrancas que caen al rio ancho de la Plata.
Bajeles anclados desde tiempo de corsarios,
esfuminadas paredes de acuarelas,
boinas verdes de bohemia
y la inclinación de la luna hacia la taberna.
Aquí el jadeo es parte del aire
y el glamur barato oferta
la subasta de billeteras gastadas
hasta la última moneda ahogada
en botellas y muslos ajados.
Urdidos placebos de meretrices vestales/
En esta ceñida arteria no hay vidrieras,
las farolas son sombra de velas
donde se insinúan siluetas trepando
peldaños de hoteluchos desvencijados/
Incienso de margaritas, cultivos de burdeles apilados.
Distanciadas comisarias pasean solo en la feria
de uvas llenas la ebriedad se estrena/
Cornetas entre hendijas de barrotes suenan
a lánguido soplo de borrachera.
La congestión horaria se diluye al alba
donde la compañía es grisura solitaria,
la estrechez del empedrado se fatigó de huellas,
marcas de viejos tiempos en ringleras
rejuvenecen cada hora en perplejas siluetas.
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- Autor: RICARDO ALVAREZ ( Offline)
- Publicado: 22 de septiembre de 2017 a las 09:12
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 20
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