Llueve copiosamente sobre mi rostro
Una brisa helada me arropa el alma
Extraño mis ayeres
Me importan las ausencias
!Quién fuera águila
para remontar a altas latitudes
y anidar en cumbres del olvido!
Tiempo implacable, verdugo de mis carnes
Laceras con tu látigo mi piel
Mientras opacas mi razón
y multiplicas mi pensar
!Es cierto!
Ayer coqueteabas junto a mi
Te deleitabas en mis noveles días
Te movías al son de mi canción
Y danzabas al ritmo de mis excesos
!Como se resienten hoy mis huesos!
Premura de vientos otoñales
Que desvistes al gigante en la ladera
Despojas al verde prisionero
Y lo encierras en su cárcel de madera
Si fueras indulgente, yo diría:
!Que bueno ha sido el calendario!
Pero has sido despiadado
No has querido
Detener tus manijas
Que hacen daño
Llueve mucho, mucho llueve
Gotas de sal limpiando el alma
Mientras a ciegas, procura levantarse
El impetuoso viento
Que ahora yace en calma
Fabian Reyes
- Autor: Fabián Reyes (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 25 de septiembre de 2017 a las 02:23
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 81
- Usuarios favoritos de este poema: Ana Maria Germanas, Menesteo, Aries., Ágora
Comentarios1
Carlos, me fascino tu poema, bravo !!!, el tiempo implacable, va desgastando, los ayeres, imparable, sigue su recorrido, y anula nuestras certezas, cariños para ti.-
Gracias, Ana Maria, reciproco el cariño
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