Eran las tres de la madrugada
Y no podía dejar de besarte.
Era de madrugada y te hacía un café.
Era una taza de café por mil besos
y el acuerdo por milinfinitas.
Te bese y te pedí que te quedarás.
Me hiciste compañia en esa lluviosa madrugada.
Dure un largo tiempo mirándote a los ojos
Le pedí al universo que nunca te fueras.
Era un taza de café en la madrugada
Era un café en mi taza preferida.
Eran las promesas que te hacía.
Eran los besos tiernos y fogosos que te daba.
Eramos tu y yo en nuestro mundo.
Era un café de madrugada.
Derechos reservados
- Autor: Laura Benavidez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de septiembre de 2017 a las 15:51
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 160
- Usuarios favoritos de este poema: Juventino Pérez, Edmundo Rodriguez
Comentarios2
Un café cargado de emociones
la hora no importa
el tiempo se acorta
besos y más besos
mi tasa de café y tú
todo está en orden.
Con cariño
JAVIER SOLÍS
Gracias
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.