Te veo triste y cansada, en medio de dos faldas
o cerros que adornan tus piernas delgadas,
tus pechos caídos parecen derrumbados
por el sol que alumbra, tenebroso y fuerte
para el deleite de los buitres que vuelan a tu alrededor.
Las cadenas aprietan tus manos, la fuerza se acaba,
tu mirada odiosa te acompaña, lanzando estocadas a los
ojos del tirano, que ríe después de haber vevído,
el sudor de su cuerpo que brotaba violento, henvenenádo,
y ver caer al hombre que la condeno.
El carroñero viene a saborear,la carne viva y la sangre que
brota suave de tu cuerpo, mostrando las yagas
que aparecen como cortes de un cuchillo,
con su filo agudo rompiendo la carne,
para dar muestra al carroñero,
que de tu carne se quiere a deleitar.
Suenan las campanas a lo lejos, en la iglesia
la gente reza por su salvacíon,
pidiendo a Dios que envíe un milagro,
para tenerla de vuelta a la que tanto lucho
por su pueblo, para lograr quitar las cadenas
que los tenía atados a los pies del opresor.
La muchacha no mostraba gemido,
sus ojos miraban con odio al hombre
que la encadeno, su dolor lo lanzaba al viento,
no dejando que el buitre, le beba su sangre,
que aun le daba vida, bajo el intenso calor del sol.
- Autor: Yo Claudio (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 27 de septiembre de 2017 a las 09:13
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 20
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