No me sirve de nada ser invidente,
porque ya la luz cristalina
posó su arcoíris en la divina
silueta tuya: ya te guarda mi mente.
De nada me sirve ser sordo,
pues el eco, ni perezoso ni lerdo
me ha traído el ligero y suave son
de tu voz: ya lo atesora mi corazón.
Triste pienso en la triste posibilidad
que siendo ya sordo y ciego
recuerde estas cosas con lealtad
militar que carece de todo ego
y te lleve como el tiempo a la historia;
el tiempo es recuerdo y es memoria.
- Autor: D\'Marco Salas ( Offline)
- Publicado: 27 de septiembre de 2017 a las 13:13
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 37
Comentarios1
Los sentidos...
Me gusta.
Saludos poeta.
Hola, _Acuarela.
Quizá la paga que recibe el poeta al crear o inventar (los verbos son sinónimo) es el de trasladar un sentimiento a un tercero y, quizá, si los astros son propicios, el de entablar amistad en ellos.
Agradezco mucho tu comentario y lo aprecio.
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