“Hay momento en que las tribulaciones se presentan en nuestras vidas y no podemos evitarlas. Pero están allí por algún motivo. Sólo cuando ya los hemos superado entenderemos por qué estaban allí.”
Paulo Coelho
En su momento no entendí,
el significado de tanto dolor,
desamparado, confuso,
roto,
me movía por el mundo
huérfano de tu amor,
como un muerto viviente
sin objeto y sin razón
declaré la guerra
maltrecho,
a mi alegría y a mis venas,
a mis manos y a mi corazón.
Sólo después del algún tiempo,
que es el mejor doctor,
encontré sentido
a este quebranto,
a ese dolor consentido,
caníbal, desgarrador.
Todo el camino es camino
cadena, peldaño, eslabón,
que sirve a mi destino
sólo
con un único objetivo:
encontrar mi voz.
- Autor: Dante Verne (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 27 de septiembre de 2017 a las 14:39
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 61
- Usuarios favoritos de este poema: Ross4, Lore Cruz, INÉS DE CERVANTES
Comentarios5
Y probablemente los residuos del dolor no desaparezcan del todo; y està bien que así sea, para que no se confundan las sendas del nuevo ciclo...
Bonito poema!
Saluditos,
Ross
Gracias Ross. El dolor se puede superar, pero no olvidar. Lo importante es que convirtamos ese dolor en una lección de vida.
Un saludo
LECCIONES HAS ESCRITO, DONDE LA VIDA CRECERA, COMO FLOR EN PRIMAVERA; EN ESTE CASO LECCION ESPERANZADORA, MUY BUENO.
ESPERO QUE MI COMENTARIO SEA ALGO ACERTADO POETA, EN LO QUE DICE SU ESCRITO.
Muy acertada has estado.
Muchas gracias por leer y comentar.
Un abrazo
Siempre se aprende y el dolor acaba
siendo alegría, un placer leer tus poemas amigo Dante
Muchas gracias por tan bello comentario.
Un cordial saludo
Fue el día en que del sol palidecieron…
Francesco Petrarca
Fue el día en que del sol palidecieron
los rayos, de su autor compadecido,
cuando, hallándome yo desprevenido,
vuestros ojos, señora, me prendieron.
En tal tiempo, los míos no entendieron
defenderse de Amor: que protegido
me juzgaba; y mi pena y mi gemido
principio en el común dolor tuvieron.
Amor me halló del todo desarmado
y abierto al corazón encontró el paso
de mis ojos, del llanto puerta y barco:
pero, a mi parecer, no quedó honrado
hiriéndome de flecha en aquel caso
y a vos, armada, no mostrando el arco.
Gracias por el regalo. Leer a Petrarca siempre es un placer.
Muy bellos sus versos, siempre se aprende algo, a veces escuchamos tanto el dolor que no escuchamos nada más .Un aprendizaje que hay que continuar...Saludos
Muchas gracias por tu comentario. Así es la vida, una lección continua.
Un abrazo
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