NÚMEN

Julieta Iallorenzi


Realmente sé cuándo es la última conversación;

El ultimo cruce de palabras,

Que encuadran un final y abren el telón a un recuerdo eterno.

Porque la energía no puede destruirse, solo transformarse.

Apreciar esa insaciable despedida.

Realmente sé que desaprovechaste esta exaltación,

Inapreciable llama contenida.

Sinceramente me veo inmersa en frenesí.

Sinceramente me veo inasible de orden.

Enteramente no existo en este plano.

Enteramente me niego a volver a mis pagos,

La raíz putrefacta que desmembró mi simbiosis.

Si es que algo queda

Si es que algo poseo

Es el numen de mi vacío espiritual.

Tan hondo e inefable como la fe.

Difícilmente llegue a ser llenado en dos vidas.

Difícilmente pague la condena de las cinco líneas.

Ahora estoy preparada,

Y solo la nada ronda mis letanías.

Únicamente gozo de insignificantes estadías,

En sus cuartos y en sus mentes.

Seres saludan,

Seres explayan,

Seres ríen,

Seres inspiro,

Seres eyaculan,

Y no recuerdo ningún rostro.

Seres lucran,

Seres ignoran,

Seres succionan,

Seres transmuto,

Seres proclaman

Toda la magia que en mí reside.

Y no recuerdo ningún rostro.

Después de todo no me importa,

Si nadie formará parte de este intimo asombro.

Infinita aprendiz e institutriz.

Especialista en boicot desmesurado.

Los objetos que me rondan:

Caen, ruedan y se estrellan a mi lado.

(Como por causa y efecto)

Antes de la colisión, hubo un pensamiento,

(Como kinetico y magnético)

En mis gritos coléricos,

Vi luces titilar

Y ahora mis ojos centellan como ellas.

Prendiendo la llama de una nueva

Conexión neuronal.

Que te cuesta indagar

En lo insufrible y apetecible de mi ser,

Y ver la ilimitada luminiscencia que poseo para dar.

Abortada tres veces,

Éxodo de mi vida,

Puente entre la gente,

Mediadora conmovida,

Con espíritu adolescente,

Cual gárgola en su guardia,

Esperando el Alma débil,

Para brindarle energía,

Enamoradiza innata,

Inconforme connatural,

Musa no reconocida,

Libidinosa serial,

Y una maldita espécimen sin su par.

JULIETA IALLORENZI

PATENTADO EN SADAIC Y DNDA

DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS

 

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Comentarios1

  • Carlos Eduardo

    WALKING AROUND - PABLO NERUDA
    Sucede que me canso de ser hombre.
    Sucede que entro en las sastrerías y en los cines
    marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro
    navegando en un agua de origen y ceniza.

    El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos.
    Sólo quiero un descanso de piedras o de lana,
    sólo quiero no ver establecimientos ni jardines,
    ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores.

    Sucede que me canso de mis pies y mis uñas
    y mi pelo y mi sombra.
    Sucede que me canso de ser hombre.

    Sin embargo sería delicioso
    asustar a un notario con un lirio cortado
    o dar muerte a una monja con un golpe de oreja.
    Sería bello
    ir por las calles con un cuchillo verde
    y dando gritos hasta morir de frío.

    No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas,
    vacilante, extendido, tiritando de sueño,
    hacia abajo, en las tripas moradas de la tierra,
    absorbiendo y pensando, comiendo cada día.

    No quiero para mí tantas desgracias.
    no quiero continuar de raíz y de tumba,
    de subterráneo solo, de bodega con muertos,
    aterido, muriéndome de pena.

    Por eso el día lunes arde como el petróleo
    cuando me ve llegar con mi cara de cárcel,
    y aúlla en su transcurso como una rueda herida,
    y da pasos de sangre caliente hacia la noche.

    Y me empuja a ciertos rincones, a ciertas casas húmedas,
    a hospitales donde los huesos salen por la ventana,
    a ciertas zapaterías con olor a vinagre,
    a calles espantosas como grietas.

    Hay pájaros de color de azufre y horribles intestinos
    colgando de las puertas de las casas que odio,
    hay dentaduras olvidadas en una cafetera,
    hay espejos
    que debieran haber llorado de vergüenza y espanto,
    hay paraguas en todas partes, y venenos, y ombligos.

    Yo paseo con calma, con ojos, con zapatos,
    con furia, con olvido,
    paso, cruzo oficinas y tiendas de ortopedia,
    y patios donde hay ropas colgadas de un alambre:
    calzoncillos, toallas y camisas que lloran
    lentas lágrimas sucias.

    • Julieta Iallorenzi

      No suelo leerlo a Neruda, tengo mas afinidad por Storni, Benedetti, Bukowski, Gibrán, etc.
      Pero despertaste mi interes ahora. Me gustan mucho las imagenes tan crudas que plasma con sus palabras.
      Gracias por compartirlo.



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