La hermosa piedra que me acompaña
tiene nombre de un oscuro rayo,
dolor, fiel compañero, despojado
de su trofeo, de su roja morada.
Te agarré fuerte con mis dos manos
para arrojarte muy muy lejos,
hacia el abismo, hacia el averno,
más allá del olvido, del pasado.
Mis cicatrices serán, son medallas,
mis galardones son mudos fracasos
que me recuerdan mucho, que me sanan,
que me despojan de miedos ligados
y me dan fuerza, ansias, esperanza,
alas, impulso extraordinario.
- Autor: Dante Verne (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de septiembre de 2017 a las 13:05
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 39
- Usuarios favoritos de este poema: Anitaconejita
Comentarios1
¿Tropezar y aprender?
Todo lleno de metáforas, me gusta.
Saludos poeta.
Sí, es mi forma de explicarme, o al menos de tratar de hacerlo.
¡Gracias!
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