El mar tranquilo se goza,
el mar tranquilo está.
Nada sobre él se posa
que lo pueda lastimar.
Pasan las tormentas lentas,
pasan con furioso tronar
y el cielo entero ennegrece
buscando al mar alterar.
El mar tranquilo se goza,
el mar tranquilo está.
Su calma no está en las olas;
su calma está más allá.
El mar se ha puesto inquieto,
inquieto por algo está.
¿Qué será lo que le acosa?
¿Qué detiene su gozar?
Pasa una nave tranquila:
es el hombre, hijo de Adán.
Pasa una nave serena:
es, por Dios, el rey del mar.
El mar se ha puesto inquieto,
inquieto por algo está.
La nave no está segura:
las tormentas puédenla ahogar.
- Autor: Alejandro Schleyer ( Offline)
- Publicado: 30 de septiembre de 2017 a las 01:28
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 105
- Usuarios favoritos de este poema: Y del Ávila
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