Vienes y vas, y casi nunca estás.
No tienes alas para volar, no dices nada, y qué más da, si cuando el viento sopla en tu pelo, arrastra tu valle hacia alta mar.
Demasiado tiempo para reflexionar,
y yo sentado, en la escalera de tu portal, mirando a la luna, esperando a que abra el balcón que da a la calle de la amargura.
Oigo tu voz entre la gente, y vuelvo la cara intentando anclar mis vientos en tu poniente. Y nada pasa, nada que empuje la tarde en calma hasta la orilla bajo tu falda.
Y aún no has vuelto, porque en realidad nunca te fuiste, aún no callaste, porque en todo este tiempo mil veces me hablaste y mil una te alejaste.
Y yo sigo sentado en tu escalera, con mis manos frías sobre tu hoguera, sin otra cosa que pensar en como sería las noches si es que acaso, tú, volvieras.
Comentarios2
REALMENTO BELLO... Y MUY BIEN NARRADO...
Gracias
"arrastra tu valle hacia alta mar"
¿?
En este caso, el valle representa la tranquilidad, la calma. Y Alta mar el desorden. Es una metáfora que idica que la persona deseada es inestable; "el viento cambia la calma por tempestad". De otra parte, el valle representa los genitales femeninos, y alta mar, mi deseo masculino. Saludos
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