Entro en la cocina.
Es hora de pensar en qué hacer
De comer...
Tengo ganas de saciarme, no de
Llenarme sino de nutrirme.
Voy a hacer un potaje de lentejas.
¡Ay, si mamá levantara la cabeza!
Me cercioro de contar con todos los
Ingredientes, ¡a verrrr, sí, los tengo!
Hago un sofrito de cebolla, ajo y
pimiento.
Media cebolla que colocó bocabajo
En el patíbulo para menudearla por
Hereje, me revisto de verdugo para
Que la sentencia sea creíble, la paso
A cuchillo con la velocidad de una
Metralleta, porque así es como suena
La aniquilación, la guillotina reiterada.
Del ajo y el pimiento no hablo para
No cansar, no sea que me quede sin
Espacio para publicar.
Una vez dorados por el líquido oliváceo
De mi tierra, animado por el fuego
Purificador que nos enciende, le vuelco
Las lentejas, tal como salieron de su madre
(Quiero decir, del paquete).
Empujo sobre la olla, como el asesino que
Lanza sobre el proceloso mar a las que deben
Ser sus víctimas ( para que la película tenga
Sentido), un tomate, una patata previamente
Desollada y destripada para burlar a la policía,
Y una zanahoria con la misma infausta muerte.
El resto de la receta (quien haya escuchado el
escarbar de un gusano en las tripas mientras la
Leía) lo encontraréis entre los sargazos de la
Santísima red de redes.
¡¡Os dejo, que me quedo sin espacio..!!
A ver si me va a reñir el señor Administrador...
- Autor: Albertín (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 3 de octubre de 2017 a las 19:55
- Comentario del autor sobre el poema: Homenaje a mi madre que en paz descanse. ¡Cómo echo de menos sus lentejas! Te querré siempre, Gordi.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 32
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