En mi presente, en nuestro pasado, en tu futuro.
Te miro y te contemplo,
Pero aún no está al descubierto
El porqué de esto,
Acaso no fue suficiente,
No te bastó con el vacío que dejaste en mí,
Mi corazón se destrozó en tus narices y aun así no te importó
Te inmutaste y actuaste sin sentido
¿No valía lo suficiente para ti como para quedarte?
¿Tenías que irte? ¿Por qué? Dímelo
Mi corazón ya no aguanta este engaño
El dolor carcome mis huesos
Sufro por ti, sufro porque no tienes interés por mí
Sufro en mis desvelos, lo hago a cada momento
Es por eso que, duele… Duele como quien ha perdido una vida
Duele como quien ha soñado despierto,
Como quien colecciona las lágrimas para estar atento,
Te veo y mi alma grita, grita a tuene voz de holocausto
A voz de mártir en tragedias
Que gime y gime por tu engaño
No lo aguanto, pues creí que me amabas
No lo concibo, no tolero este despojo
De tan grande amor vivido
Pero me marcho, me marcho por el honor
De la pasión y del amor
Que ahora está en el olvido
Me despido, pero te mando mis más sinceros sentimientos
A nuestro bello amor sin sentido…
Sello esta carta con la tinta de nuestros recuerdos, aquella tinta que nos une en un solo cuerpo...
- Autor: AIVT ( Offline)
- Publicado: 5 de octubre de 2017 a las 20:28
- Categoría: Carta
- Lecturas: 44
- Usuarios favoritos de este poema: Daniel Eduardo Mendoza Camarena
Comentarios2
Una carta franca y sin recurrir a recriminaciones, mas bien a motivaciones que hacen recordar ese amor demostrado.
Saludos Ivana.
Gracias!
Es un gusto saludarte
¡Hermoso! ¡Si las despedidas fuesen así, no habría necesidad de ellas! ¡Que el amor te sonría y la dicha se ilumine delante de tu faz!
Gracias!
Y te deseo la misma dicha!!
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