Me calzo los botines
me anudo la corbata
concreto el zambullido
en saco y mangalarga.
“¡qué elegancia!”, me dice un compañero
“a la orden", le digo de inmediato
aunque no estoy seguro de la frase
me parece, habría que completarla:
“a la orden, cuando quieras te lo presto”
"a la orden, me lo pondré de nuevo."
De la casa al trabajo
empolvo mis zapatos
y unos niños me gritan
¡señor, adiós señor!
si yo estuve hace poco
-ahora que lo pienso-
tras esa misma verja
del colegio de Monjas
gritando a los señores:
¡la pelota señor!
¡páseme la pelota!
Vestirme de oficina
caminar al trabajo
resguardarme del polvo
completar el sentido de mis frases
son débiles señales de mi tiempo
que hacen que me sienta un niño viejo
que grita al otro lado de la verja:
¡señor, adiós señor!
sin que nadie me responda:
¡gracias niño
adiós adiós!
- Autor: WalterFrancisco ( Offline)
- Publicado: 6 de octubre de 2017 a las 16:42
- Comentario del autor sobre el poema: Poesía de la experiencia.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 73
- Usuarios favoritos de este poema: Ana Maria Germanas, CREPY YO
Comentarios2
Sabes Walter en pocas frases, muy ilustrativas, condensaste, ese transcurrir del tiempo, que intercambio, posiciones, ese señor ,....
marco etapas; ... definitivamente !!, me encanto tu prosa , cariños para ti.-
Gracias por leerme, saludos!
Walter de San Salvador: Se es niño si existe la mirada inocente.
Gracias por leerme, saludos!
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.