Los ojos del alma se sacian de luz,
la lengua ligera se embarra de verdad,
los oídos vacíos escuchan a Dios,
las manos sin masa desvelan de pasión,
y el olfato inoportuno percibe el aroma de la sabiduría.
Así es cómo...
El cielo palpita cuando se abre el corazón y la mente.
¿Sabes qué es el cielo?
No es la inmensidad del color, es el color del inmenso corazón.
- Autor: Gabriel Toledo ( Offline)
- Publicado: 7 de octubre de 2017 a las 04:57
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 94
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