He vuelto con más sed de tu boca que de venganza,
el atardecer ha eclipsado mis intenciones y ahora,
viéndote así, con esa sonrisa estrella de la noche,
no puedo evitar pensar que Cupido
ha estado todo este tiempo apuntando al lado incorrecto.
Estoy aquí, me ves,
con las manos y la vida envueltas en ganas y promesas.
He regresado por el camino más largo
para tener más tiempo de pensar en cómo acabar contigo,
pero ahora lo que menos quiero es comenzar sin ti
este camino que tu sonrisa me ha puesto por delante.
El sol le ha devuelto los colores a la ciudad.
Las canciones ahora suenan menos tristes.
Los poemas que leo han cobrado el sentido.
Y cada vez que escribo siento que me desnudo de golpe.
Oye…
Voy a decírtelo por enésima vez,
te escribiré poemas hasta que te canses,
hasta que tengas en claro que me encantas.
Que me encanta esa luz tuya que acompleja a las estrellas.
Que me desvivo por pensarte, por tenerte, por amarte.
Que escucharte hablar es un efecto esquizofrénico.
Que si la locura eres tú, yo simplemente carezco de remedio.
Que eres tú la primera sin segunda.
La razón por la que se hacen más canciones,
por la que escribe este poeta,
por la que odia la gente.
Porque odian que existas.
Porque no pueden ser como tú.
Y porque en tu interior
habita la esperanza que a ellos les falta.
Te quiero porque eres por quien se mueven las nubes.
Por quien se desvanece el viento.
Por quien nacen las flores.
Por quien se alarga el verano.
Eres por quien llega el otoño,
para demostrar que no porque se caigan las hojas,
la vida tiene que dejar de ser hermosa.
Todo esto pienso cuando te veo,
o mejor dicho,
cuando me miras.
Cuando sé que aunque sea por una milésima de segundo,
yo, este ladrón de más lástima que de corazones,
ha tenido tu atención y tu tiempo.
Imagina todas las cosas que no te he dicho,
cosas que no sé contarle a un poema,
cosas que mantengo en secreto incluso de mí mismo,
porque quiero descubrirlas contigo.
Porque lo demás ya lo sé.
Sé que tus mejillas miden sesenta caricias milimétricas,
que recorrerlas por completo tarda una hora,
y que hay un minuto por caricia;
sé que tus ojos no siempre miran a un mismo sitio,
sé que cantas más de lo que hablas,
que a veces necesitas que te abracen,
y otras que te den un cielo libre
para estrenar esas alas que te crecen a diario.
Sé que mides un metro sesenta y cuatro de belleza,
que pesas la misma cantidad de libras que un puñado de atardeceres;
sé que Sidney te espera cada vez que cierras los ojos,
que tus sueños no es que sean más altos que los míos,
sino que se van por direcciones diferentes.
Sé que tu música preferida es esa que mueve el suelo de tu alma,
y que Dios te sostiene, te alienta, te cuida.
Sé que estás hecha de planes y visiones.
Que tienes un montón de defectos y virtudes.
Sé que te quiero por completo aunque parezca una locura.
Que de vez en cuando sientes no merecer tanto cariño.
Y que puedes tener miedo a la muerte
sin saber devuelves la vida y matas.
No presumo ser el que te quiera como nadie,
pero me gusta que seas a la que más estoy queriendo,
me gusta encajar en ese vacío de tu vida,
porque la mía sin ti está incompleta.
Ojalá tomarte de la mano pronto,
ojalá perderme en ti y encontrarme contigo.
Supongo que sabes a lo que me refiero.
Que por ti, lo que por nadie.
Que en ti, lo que en ninguna.
Que si no tú, no será otra.
Hasta que aprendas de memoria que te quiero.
Hasta que se te grabe en el corazón lo que yo siento.
- Autor: Heber Snc Nur ( Offline)
- Publicado: 8 de octubre de 2017 a las 23:43
- Categoría: Amor
- Lecturas: 60
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