Esa noche mientras paseábamos los dos cuerpos a cuerpo y cogidos de las manos disfrutando las calles jardines y plazas de mi Sevilla, escuchamos un grato sonido acompañado de unos olores entre las murallas del Alcázar y dejando atrás la entrada al Patio de Banderas, encontramos uno de los muchos rincones con encanto que esconde el barrio de Santa Cruz. La Plaza de la Alianza.
Es entrar en ella y dejarnos llevar por el sonido del agua de su fuente y el olor a Azahar en primavera, aunque ya estamos en otoño, pero el olor y el clima es el mismo, nos paramos por un instante para contemplar la fuente y las murallas que custodia el alcázar y sin darme cuenta no te el color de tus labios en los míos.
Abrazados seguimos por una estrecha calle que nos llevó a la Plaza Doña Elvira donde nos sentamos a cenar y a seguir contemplando la belleza de esta ciudad, en tus ojos se reflejaban los dos faroles que la plaza alumbraba mientras yo deje de mirar la ciudad para ver la sonrisa y la dulzura de tu cara.
© José Cascales Muñoz
Reservado todos los derechos.
09 de Octubre 2017
- Autor: José Cascales Muñoz ( Offline)
- Publicado: 9 de octubre de 2017 a las 12:36
- Comentario del autor sobre el poema: Esas calles estrechas de la judería sevillana, esos olores a azahares y jazmines, el reflejo de la luna en tu cara, esos besos en la oscuridad, ese rocío que limpiaba nuestro rostro al pasear por el río y ese amor que no se olvida.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 60
Comentarios1
Elocuente expresión / admiración de la belleza en disputa clandestina / Ella ajena al canto del poeta
Gracias José Adolfo, saludos desde Sevilla
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