Todo nuestro tiempo ya volcado
A ensimismarnos en el otro
O todo lo contrario
Al nosotros preocupado en el otro
En tanto volcado en su tiempo al uno
Nos frotamos como eslabones
Perdidos en la noche errática
Su vientre ilumina mi consciencia
-con su fuego a mis sedientas oscuridades-
Sin norte, sin sueño, sin deseo
Más que retribuirle la contraparte
El regalo de la carne o el vicio del cielo
Yo fijo me quedo pegado a los estrellas
Que lleva inscritas en cada pecho
Y su cadera es la suma de las olas
Que se rompen en mi ingle rocosa
Y cabalga la concepción del tiempo
Todo ser es detenido luego
Solo este viaje es lo que soy y siento
Ahora ahora no hay nada
Más no hay palabra
Que calme este fuego
Interno | destello
Y salpican las estrellas fuera
De su afluente, vientre, cielo
Y quejidos desprovistos de tristeza
Cómo el de la acera cuando recibe el salto
De los pájaros sin vuelo desde las altas
Torres / Afuera de este cuarto
Cuánta espera hay en los vagones
En los buses atiborrados de seres
En las calles repletas de ya autos
En la ciudad inyectada de callejuelas
En el planeta bombardeado de ciudades
En el universo reventado de planetas
En los azares de ausencias, el amor
Pareciera no ser la constante
Si no una lucha dada por resguardarlo
La única posible batalla que por dar debemos
No dejar al otro al lado
Contra el mundo deshumanizado, aliado.
- Autor: Santiago Miranda ( Offline)
- Publicado: 10 de octubre de 2017 a las 10:09
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 155
- Usuarios favoritos de este poema: Ana Maria Germanas
Comentarios1
Santiago, aqui, entre la pandemonia, del mundo circundante, te veo a ti, solo espectante, y atribulado, participando, mecanicamente, observando, es esta una poesia, para mi fascinante, cariños para ti.-
gracias por el tiempo y el comentario! un abrazo.
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