Ahí donde Dios se ha erguido
y se crucifican los impíos sin solsticios,
seré quien te arranque los cilicios
y lameré tus llagas como perro herido.
velaremos madrugadas en tu vientre
con atriles y coronas de begonias,
a la fragua del infierno ardiente
arrastraremos collares de bigornias.
implacable humedad de tu resuello
deshoras que se trepan por tu cuello
olvidadas en un edén cetrino.
Fermentar en tu boca maíz y trigo
Y embriagar mis palmas sin abrigo,
yo, el que te besé, ni uno, ni dos, ni trino.
- Autor: Alejandro fozar (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 11 de octubre de 2017 a las 12:20
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 76
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