Que si la quería..? Pues claro que lo hacía, intenté evitarlo pero no pude y sí soy sincero dudo de que ella tuviese la mínima idea de lo mucho que yo he llegado a quererla. Nunca se lo dije, quizá por miedo, miedo a lo que sentía o miedo a asustarla cuando una parte de mi estaba seguro que la iva a querer para toda la vida. Tendría que haberselo dicho o demostrarselo pero eso me hacía mas débil, ante el mundo o ante ella y no pude. Y si soy un Gil, lo soy por permitirme perderla y porque mi orgullo me impide buscarla. Un Gil por no darme cuenta antes que la sonrisa de tonto al verla significaba que ya empezaba a quererla. Y ahora como Gil que soy son las 4 de la mañana de un viernes cualquiera, 27 dias que paso sin ella que ya me duelen y la echo de menos. Es que tendrías que verla, me volvía loco, me hacía perder la razón. Era como un soplo de aire fresco en mi vida, era la que me mantenía con los pies en la tierra cuando no veía la salida. Ella era el mejor lugar en el mundo en el que poder estar, era mi amuleto y mi kriptonita, la parte buena de todo lo malo, era mi niña, era mía. Y ahora ya no lo es, y parece mentira que incluso alguien como yo que nunca llora, tenga ganas de llorar por una mocosa como ella. Pero es que hace días que me siento tan vacío que no tengo ganas de nada y es que haga lo que haga, me acuerdo de ella y eso todavía me escuece y desde entonces mis noches desde que no está, parecen el mismísimo infierno porque no puedo dejar de acordarme de ella. Me despierto alas tantas horas de la madrugada, vengo a la cocina y me preparo un café, café que antes me preparaba ella, incluso el sabor no es el mismo, e incluso el color del café me recuerda a su pelo, ese tan largo me había encontrado muchas noches esparcida en mi almohada y es que cada centímetro de mi piel y de todo aquello que me rodea, me recuerda a ella. Es que cierro los ojos y es como si aún la sintiera aquí, Como si aún notará los pasos de sus pies descalzos corriendo por mi cocina mientras yo la perseguía. Ella siempre hacia lo mismo, la veías correr por toda mi casa riendo a carcajadas, mientras me decía que no la atraparia. Pero ella se dejaba atrapar siempre, dispuesta a llevarse ese castigo que yo le prometía. Dispuesta a recibir esa lluvia de Besos, que le hacían cosquillas. La adoraba, adoraba que se empezase a reír de la nada, Cuando iva a besarla y que me apretase las mejillas para hacer muecas con mis labios para luego besarlos. Me gustaba cuando besaba mi ceño fruncido con un pequeño beso cuando me enfadada. Y recuerdo que siempre que estaba nervioso por algo, se ponía delante mío y me acariciaba el pelo diciendo que todo iva a estar bien. Adoraba incluso los besos suyos en la punta de mi nariz antes de dormir, o que su pelo me molestase mientras dormía. Me encantaba pillandola mirándome de la nada o que pusiera esas caras raras cuando la miraba desde lejos, todo eso para hacerme reír. Y es que no había nada más bonito que ella, cuando entrelazada mi mano con la suya cuando íbamos por la calle, así las vistas parecían más bonitas. Me encantaba esconderme en su pelo y notar como sus pequeños brazos me acercaban a ella. Me volvía loco ver como se sonrrojaba cuando le decía lo bonita que estaba incluso teniendo un orgasmo o llorando, eran tan suaves sus labios cuando lloraba, se le aclaraban los ojos parecía que el único capaz de calmarla era yo y también el único que podía hundirla. Echo de menos, que me diga lo que piensa sin peros en la lengua, que se enoje conmigo y me diga que soy un boludo y que me mande a la mierda como tal. Sus besos en el cuello, el llegar a casa y encontrarla apoyada en el respaldo del sofa, acercarme a ella, estar a centímetros y que me diga encima de mis labios... Donde esta mi beso... y comermela a besos!! Echo en falta el que sea tan bajita, que ni llega por un vaso y que me llame, rodearla por detrás y tomarlo juntos, sabriendo que está no es la única cosa que estaríamos dispuesto a hacer con el otro. Echo de menos el decirle que no ande descalza o verla con una de mis camisetas, cuando tendría que ir vestida de oro. Necesito escucharla reír y ver sus oyuelos y es que tenía un orgasmo precioso, entre oyuelo y oyuelo y ella lo sabía. Necesito verla arrugando la nariz como hacia siempre o mordiendose el labio cuando el que necesita morderlos soy yo. Adoraba incluso esa manía suya de tocarse el pelo y mirarse mil veces en el espejo, cuando esté no podía decirle con la misma intensidad que yo lo preciosa que llegaba a estar, incluso echo de menos que se muerda las uñas, que diga que no quiere que la vea recien levantada cuando podria quedarme horas perdiendome en esas ojeras, en esos pelos de loca, en esa voz ronca y en esa cara de dormida. Adoraba el despertarme antes que ella y que horas después apareciese por la cocina y me abrazara por la espalda con sus pequeñas manos frías, que me besara el hombro desnudo y que se acercará a la heladera con esa sonrisa que callaba esas ganas de mi. Me gustaba ver como se refugiaba entré mis brazos y perderme en el latir de su pecho sabiendo que ya se me habían quitado las ganas de viajar y ver el mundo porque teniendola a ella podria encontrar en los lunares de su espalda las coordenadas perfectas hacia nuestro destino, nuestra cama. Perderme en ella entre susurros y te necesito que no serían lo mismo sino viniesen de ella. Y ahora cada vez que vuelvo a mi cama, la encuentro vacía y fria, porque no había nada mas bonito que sentir como sus pies frios de tanto andar descalza se enrredaban con mis piernas y perderme en el calor de su pecho y en ese olor de la almohada que dejaba día tras día y parece que poco a poco ese olor va desapareciendo y yo lo necesito y sé que podría recorrerme mil perfumerías buscándolo que no lo encontraría porque esa era su esencia y no se encuentra en cualquier tienda. Y siento que cada dia que pasa su olor desaparece. Ella no está, pero sus recuerdos van todavía más y yo sigo echándola de menos. Otra noche más y mañana volveré a despertarme y un recuerdo más aparecerá de la nada y me impedirá dormir. Seguiré sin ella asique si me preguntas si la quería, Dios claro que la quería intente evitarlo, pero no pude te venía con esa sonrisa y ya la querías y yo sin saber lo que podría significar perderla no pude admitir que alguien como yo empezaba a quererla y hoy que me doy cuenta de cuanto realmente la quería y la quiero ya no la tengo, pero la espero y seguiré esperando a que vuelva con esa sonrisa tan linda a hacer felices mis días.
- Autor: ALMA LUNA (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 16 de octubre de 2017 a las 12:27
- Categoría: Triste
- Lecturas: 53
- Usuarios favoritos de este poema: Silvestr, Kevin Barrios
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