Porqué y porqué?
el velero de la vida
se hace al mar.
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Va más allá y más allá,
de la frontera azul
del horizonte.
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Donde al fin y al fin,
va pisando el sabio
los talones a la noche.
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Y es ahí y ahí,
donde beben los pies
de la fuente del descanso.
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Guardó y guardó,
un cofre en su interior
el tesoro del silencio.
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Qué llegó y llegó,
a brillar igual o más
que el firmamento.
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Pasadas y pasadas,
ya las doce medianoche
se arruga a tiempo el tiempo.
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Muriendo y muriendo,
brazas tras el escapulario,
recuerdan la voz del fuego.
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Fuego mudo y mudo,
para la orquesta de Dios,
no quedó ni el son de un humo.
- Autor: Johan Molobo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 16 de octubre de 2017 a las 20:22
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 73
- Usuarios favoritos de este poema: Devitson
Comentarios1
Fuego mudo y mudo,
para la orquesta de Dios,
no quedó ni el son de un humo.
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