Ruta de un adiós.

Inexistente

¡Qué raro canto se escucha
que se perturba con el progresivo silencio!,
¡Qué parco se va tornando porque se disipan sus notas!;
¡Qué terca nube te absorbe, que entre más gris se vuelve
más claro para ti va siendo!;
¡La sombra se desdibuja en tu luz!,
¡Y qué luz va tomando tu sombra!

¡Qué paz va forjando en ti el dolor!,
¡Y qué dolor va engendrando tu paz!;
que clamas la visita de un Dios
para tú visitarlo a él;
que esperas en el abrigo de un Dios
para desarroparte de tu piel.

Y en el lugar único propio de ti,
que a golpe de martillo y cincel, se esculpe de inexistencia;
lleno de secular vacío, y de avecillas confusas,
después del irreversible vuelo de adiós
acaecerá la espiritual llovizna: recia, y mustia
… hasta secar tu despido.

 

 

 

 

  • Autor: Inexistente (Offline Offline)
  • Publicado: 17 de octubre de 2017 a las 14:58
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 58
  • Usuarios favoritos de este poema: Texi, Lolaila, eibaoga
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Comentarios +

Comentarios2

  • María C.

    Un doloroso y largo camino deja un ADIÓS
    Un saludo.

  • Berdemora

    Los adioses no siempre son contundentes finales, a veces tan sólo son despedidas con retorno, y aunque es verdad que en ambos casos la ausencia duele, nuestro espíritu nos sostiene y nos recuerda que mientras nuestras memorias sean lúcidas el ser añorado siempre estará presente.



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