Y es ahí, en ese momento
cuando creías que ya no te quedaban mas lágrimas por derramar de repente te encuentras envuelta en una tormenta de agua salada,
rodeada de tempestades de recuerdos y mares de olvido.
Con el mismo nudo en la garganta donde se acumulan los gritos y sollozos que se mitigan poco a poco.
En la oscuridad, donde nadie puede oírte.
El diluvio cesa pero no trae calma,
la marea baja dejando un vacío,
los rayos se esfuman pero el cielo sigue gris.
Reconoces ese liquido que humedece tus mejillas,
ese sabor amargo que se posa en tu lengua,
y pese a todo estas tranquila
dentro de tu intranquilidad.
- Autor: Clei (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 19 de octubre de 2017 a las 00:46
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 29
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