Gustavo, Tavo, Távito...
Hijo desde el primer instante que llegaste a mi vida, y me cambiaste mi nombre Esther por el de mamá, ese día fue el más maravilloso que tuve en mucho tiempo atrás, porque de ahí para adelante no lo cambiaría por nada, ni aún siendo el niño más travieso y pingo que se puedan imaginar.
Tus primeros pasos, tus primeras palabras, cuando con tus ocurrencias me hacías reír y tus locuras me hacías llorar, ( y lo sigues haciendo)
Hubiera querido tenerte en una burbuja, pero fuiste como un globito que aunque se pudiese reventar no dejabas de volar.
Y con la llegada de tu hermanito, que fue otra gran bendición... Recuerdo como lo cuidabas, como al juguete más amado.
Ahora, puedo decir y dar gracias a Dios por darme este gran tesoro que son ustedes y que aquilato enormemente...
nunca dejes de ser niño Gustavo, Tavo, Tavito.
Hijo te augurio una vida larga y feliz, al lado de esta encantadora chiquilla... Andrea.
A los dos les doy mi bendición después de la de Dios y la de tu papi, que ha de ser el hombre más orgulloso de allá arriba.
Deseo que su hogar sea como el cielo (la morada de Dios) !!!
Deseo también: que les mande unos hijos que amen tanto, como lo son amados ustedes !!!
Con todo mi corazón, hijo !!!!!!!
Maria Esther Martínez V.
- Autor: Maria Esther Martinez Valenzuela ( Offline)
- Publicado: 19 de octubre de 2017 a las 16:44
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 26
Comentarios2
Un hijo que se va de la casa
Un hijo que viene a ser padre
uno que cumple su destino
ser prestado en tu vida.
Con cariño
JAVIER
Un hijo... El mas valioso préstamo que pudimos adquirir.
Gracias por leerme siempre Javier , saliditos desde acá
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